El 29 de febrero se hizo efectivo el cese laboral de Miriam Calcaterra, la docente que impartió saberes de Ciencias Económicas a muchos bombalenses. En diálogo con La Palabra hizo un repaso de su carrera y compartió su visión sobre la educación actual.
El Año Nuevo de 1963 llegó a Bombal con una nueva habitante, trajo consigo a una niña quien cinco décadas más tarde sería la directora de la escuela secundaria del pueblo.
Se trata de Miriam Calcaterra, la hija de Guido y Amelia, hermana de Adriana, la esposa de Adolfo Hernández, la madre de Rocío y Franco, la profesora que durante 39 años formó a centenares de adolescentes en Bombal y la región, y que desde el 29 de febrero goza de su jubilación.
“Siempre supe que quería ser docente; desde chica jugaba a ser maestra con mi hermana, amigos y vecinos”, dijo Miriam a La Palabra, a pocas horas de atravesar por última vez la puerta de la Escuela de Educación Secundaria Orientada N° 246 como principal responsable.
Miriam vive en Bombal desde que nació aquel 1 de enero de 1963, y pasó gran parte de su existencia en una misma casa, ubicada en la esquina de Juan de Garay y Belgrano.
Allí vivió con sus padres y hermana. Ese lugar también lo compartió con su esposo Adolfo cuando contrajo matrimonio en 1988, y fue testigo del nacimiento de sus hijos hasta que se mudó a su actual domicilio.
Su formación primaria la concretó en la Escuela Nacional N° 6214 Manuel Belgrano, y la secundaria en la Escuela N° 246 Dr. Carlos Saavedra Lamas, institución que más tarde la vio transitar por sus salones y galería como docente y directora.
“Terminado el secundario, por unos días empecé el profesorado de Matemática, pero rápidamente me cambié al de Ciencias Económicas. El primer año fui becada por el entonces Banco Aliancoop, por medio de una gestión que realizó el odontólogo Hernán Mansilla como integrante de la comisión, a quien le voy a agradecer siempre profundamente”, recordó la directora jubilada.
Por aquel entonces era muy común estudiar diferentes profesorados en Casilda, y hacia esa ciudad Miriam viajó todos los días hasta obtener su título.
Se instruyó en el Instituto Superior de Profesorado N° 1 Manuel Leiva, a donde viajaba diariamente en remis junto a un grupo de estudiantes de Bombal y Bigand.
Mientras realizaba la cursada, Miriam también trabajaba en “Agrotécnica Bombal”, una sociedad comercial perteneciente a las familias Crespo, Farina, y Tucat.
“Me recibí a fines de 1984 y en junio de 1985 comencé a trabajar dando clases de Economía en la Escuela N° 215, de Bigand. Al año siguiente continué en la N° 246 de Bombal y nunca más dejé hasta mi retiro”, relató.
Asimismo, Miriam se desempeñó como docente en la Escuela N° 421 de Firmat, y en la Escuela de Enseñanza Media Para Adultos N° 1283 de Bombal, desde su creación en 1987.
“En 1998 me hice cargo de la dirección de la EEMPA reemplazando a la profesora Adriana Mansilla; allí trabajé hasta el 2006, fecha en la que titularicé como directora de la Escuela N° 229, de Carreras, hasta que en 2014 me trasladé a la dirección de la escuela de Bombal, la cual siempre tendrá un plus especial para mí por ser la entidad donde transité la secundaria y más tarde lo hicieron mis hijos”, puntualizó.
Pasaron 39 años de intensa labor de Miriam en la docencia, y llegado el 22 de febrero pasado, ante la presencia de la supervisora, hizo entrega del cargo directivo a la profesora María Soledad Fabri, a quien le corresponde la licencia anual ordinaria del ciclo lectivo 2024. Una semana después se hizo efectivo su cese profesional.
“De todos estos años de labor me llevo la tranquilidad de que, con aciertos y errores, trabajé incansablemente para brindar lo mejor de mí, estudiando y perfeccionándome constantemente. Ya jubilada, y desde otro lugar, no me alejaré de esta vocación, seguiré leyendo, aprendiendo, y enseñando”, consideró Miriam.
“Agradezco infinitamente a mi familia que resistió a mi pasión, como también a todos los que me acompañaron desde los inicios, directivos, docentes, secretarias, preceptores, asistentes escolares, auxiliares administrativos, alumnos, cooperadores, y padres. Además, quiero hacer un reconocimiento especial a mis colegas que cerraron su carrera durante mi gestión como directora; las profesoras Marta Ciccioli, Graciela Urracco, Claudia Pirani, Andrea Durañe, Andrea Cognigni, y Silvia Boffo”, resaltó la profesora.
“Un apartado especial merecen la Comuna de Bombal y a todas las empresas e instituciones de la localidad que dicen presente a la hora de acompañar cada proyecto académico o edilicio de la escuela, porque los logros sólo se alcanzan si trabajamos colaborativamente”, subrayó Miriam Calcatera.
Elegir la educación como peregrinaje de vida
Durante casi cuatro décadas, Miriam Calcaterra acompañó a muchos adolescentes a formarse en el nivel secundario, transitando diferentes momentos de la profesión, adaptándose a los diversos tiempos y propuestas de los múltiples referentes pedagógicos.
“La carrera docente es tan apasionante y desafiante como difícil. Siempre hay que tener en cuenta que se trabaja con personas y allí está la singularidad, porque brinda la posibilidad de experimentar infinitas vivencias, ya sean buenas o no tanto”, resaltó.
“En tantos años de trabajo vi muchas líneas pedagógicas, propuestas y ensayos que se discontinuaron por distintos motivos; hoy urge parir colectivamente una escuela pública que recupere su mandato fundacional de enseñar y aprender”, analizó Miriam.
Por otra parte, se refirió a la Ley N° 14.241 que dictaminó el Gobierno de la Provincia de Santa Fe, a través de la cual declaró emergencia en materia social, educativa y sanitaria, como modo de reencauzar y reorganizar aspectos que desde la pandemia han quedado debilitados.
“Considero que en ese marco hay que valorar que todas las escuelas, pero especialmente las de localidades pequeñas como la N° 246, siguen creciendo y luchan por brindar un mejor servicio educativo”, cerró Miriam Calcaterra.