La elección de fechas de siembras, genotipos, grupos de madurez y óptimas densidades, son parte de las herramientas disponibles que pueden hacer más sostenible la producción.
Como en toda la región de la Pampa Húmeda y en nuestra zona hay un gran desafío para mitigar la baja cantidad de lluvia prevista para la nueva campaña 2022/23, donde se hace muy importante definir estrategias para obtener los rendimientos más altos ante la posible baja disponibilidad de agua. La elección de fechas de siembras, genotipos, grupos de madurez y óptimas densidades, son parte de las herramientas disponibles que nos pueden hacer más sostenible la producción.
Lo que refiere al cultivo de maíz, si bien hoy las siembras tempranas no se han podido realizar por la falta de humedad, el retraso en la fecha de siembra es una estrategia que se recomienda en años secos, ya que, al hacer un maíz tardío, el período crítico (definición del rendimiento) donde el cultivo necesita agua, se traslada a un momento del año en el que puedan llegar mejores precipitaciones. Esta estrategia debería ser acompañada de una menor densidad de siembra para lograr una menor competencia entre las plantas, ante la falta de humedad del suelo.
La mayoría de los productores ya tienen comprada la semilla de maíz, para el que tiene la opción de cambiar o comprar otros híbridos, deberían optar por materiales de madurez corta a intermedia. La siembra tardía de híbridos de madurez relativamente larga puede perjudicar el llenado de granos ante heladas tempranas, dejándolos con un contenido de humedad, reduciendo la calidad del grano a cosecha, aumentado los costos de secado o retardando la cosecha, acortando demasiado los barbechos.
Con respecto a la soja, el período crítico es el momento del llenado de grano, pero mientras tanto el cultivo necesita humedad para poder desarrollarse y captar la mayor cantidad de recursos para el período crucial que va a definir el rinde. En general la soja tiene una ventana más amplia en este marco de año seco o neutro y diría que con una lluvia en el corto plazo tendría muchos menos inconvenientes que los maíces. De los cultivos de verano, claramente la soja es la que más soporta condiciones adversas comparadas con el maíz.
En soja de primera, las fechas óptimas siembra para la zona rondan entre el 10 y el 15 de noviembre. Habría que esperar si se dan las lluvias y que permitan recargar los perfiles. De ser necesario, se podría retrasar un poco la fecha de siembra.
Sería conveniente utilizar variedades no muy cortas porque se pierde plasticidad. En los grupos cortos, las etapas fenológicas transcurren rápidamente y acotan el período crítico. Si no se revierten las condiciones de sequía con suficiente tiempo, cualquier evento adverso en el período crítico afecta seriamente el rendimiento. Los grupos de madurez más largos otorgan mayor plasticidad en el tiempo a pesar de consumir agua durante un período más largo. Sembrar grupos de madurez cerca del grupo cinco o cinco cortos le dará a la planta un ciclo madurativo más largo y por ende podrá defenderse mejor ante la presencia de sequía.
En cuanto a la densidad de siembra, bajas densidades, es decir sembrar con una mayor distancia entre semilla y semilla, se evita la competencia exagerada entre ellas, aunque la soja en general tiene una amplia capacidad de compensación, sobre todo las de los grupos más largos. En caso de que llueva lo suficiente, las plantas tienen posibilidades de ramificar y recuperar los espacios libres generados por una baja densidad.
Para finalizar, con las condiciones climáticas que se pronostican, los controles químicos de malezas pueden ser menos efectivos. Acompañar con estrategias de manejo, como puede ser el arreglo espacial de semillas, sembrar más tarde para controlar malezas resistentes antes de la siembra, usar de herbicidas preemergentes, entre otras, nos ayudarán a tener poca o nula presencia de malezas, situación sumamente importante en años secos.
Ingeniero Agrónomo
Emmanuel Bonifazi
Mat. 82-2-1256
