Realizar el mantenimiento del vehículo antes de salir de viaje y respetar la velocidad permitida son fundamentales para evitar accidentes.
Llega la época de vacaciones y viajar vuelve ocupar el puesto número uno del ranking de planes personales y familiares después de un largo año de trabajo y tantos altibajos generados por la crisis sanitaria que llegó con el Covid 19. Los especialistas en seguridad vial del Grupo Asegurador La Segunda compartieron sus recomendaciones para el manejo en ruta y prevención de accidentes.
En primer lugar, advirtieron sobre la importancia de realizar el mantenimiento del vehículo antes de salir y verificar si se posee la documentación y los requisitos necesarios que se solicitan en el destino elegido.
En ese sentido, especificaron que los elementos a revisar son: el nivel de aceite, el líquido de frenos, el líquido refrigerante y los filtros. Además, el limpiaparabrisas, las luces, neumáticos, estado de la suspensión, batería, mangueras y abrazaderas, y las bujías y cables. También es importante chequear los elementos auxiliares: rueda de auxilio, gato, llaves, balizas, linterna, matafuego, botiquín y chaleco reflectante.
La documentación básica para viajar incluye carnet de conductor, tarjeta verde del vehículo, el seguro, la revisión técnica vehicular (RTV) y en caso de conducir alguien que no es el dueño, la tarjeta azul que lo identifique. Además, recordar la credencial sanitaria que ahora es exigible.
Desde La Segunda advierten que hay que tener en cuenta que los requisitos pueden variar de acuerdo a la jurisdicción, así que conviene verificar qué requisitos se exigen en la jurisdicción por donde se va a transitar.
Bajar un cambio
Dormir bien antes de salir de viaje y no tomar alcohol es vital. Una vez en la ruta, respetar la velocidad máxima permitida, anunciar con tiempo los movimientos que se van a realizar y evitar maniobras agresivas, es decir que si uno se encuentra con un conductor imprudente es mejor dejarlo pasar y que se aleje. También mencionaron que es fundamental no distraerse, y en este caso hicieron especial mención al uso de teléfonos celulares.
A modo de síntesis, Daniel Telmo, profesor y licenciado en Ciencias de la Educación y referente en Educación Vial del Grupo Asegurador La Segunda, planteó: “Nunca reemplaces el análisis de una situación por respuestas automáticas”.
Telmo destacó que al momento de conducir es fundamental que todos los pasajeros usen el cinturón de seguridad y que los niños usen Sistema de Retención Infantil (SRI) según su tamaño y edad, así como distribuir y sujetar adecuadamente el equipaje.
Es preferible no viajar de noche. “Conducir no es una diversión”, subrayó Telmo y agregó que es fundamental evitar viajar con sueño y cansado.
Descuidos y transgresiones
El licenciado Daniel Telmo indicó que en época de vacaciones se observa un incremento del consumo de alcohol y de las transgresiones, en particular de la velocidad. También crecen el descuido y la diversión y esto afecta la conducción.
Al haber un incremento de viajes extensos y mayor presencia de vehículos en las rutas, aumenta también la cantidad de maniobras riesgosas. El escenario se completa con transporte de carga abundante: equipajes y otros materiales que los conductores no transportan habitualmente en el resto del año, así como acoplados traccionados por vehículos particulares con lanchas, cuatriciclos, motos, y otros.
Otro de los riesgos tiene que ver con la velocidad excesiva, motivada por llegar y permanecer más tiempo en el sitio de vacaciones para disfrutar el mayor tiempo posible. Pero “un accidente ocurre en un segundo y puede interrumpir una vida que esperamos que dure muchos años”.
Números alarmantes
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) los accidentes viales generan anualmente aproximadamente 1.300.000 de muertes y 35.000.000 de lesionados de diversa gravedad. Durante las fiestas de Navidad y Fin de Año y en el período vacacional se incrementan los accidentes por causas como el alcohol, la velocidad y las distracciones.
El alcohol no pasa del estómago a la sangre de una sola vez sino paulatinamente y afecta al sistema nervioso aunque nos sintamos bien y supongamos que podemos controlar sus efectos. La velocidad afecta la visión, produce la tendencia a la visión de tubo. Recorremos más metros por segundo, nos acercamos más rápido a los obstáculos. En caso de emergencia aumenta la posibilidad de perder el dominio del vehículo.
Al conducir la distracción más frecuente es la cognitiva que consiste en reflexionar sobre asuntos ajenos a la conducción. Es un error suponer que nuestra experiencia puede suplir la atención.